Teniendo el funk como avioneta, los madrileños Falsa Monea
planean sobre el flamenco, el metal o los ritmos jamaicanos. A este viaje por
el eclecticismo, le han etiquetado como Rumba-Chándal-Funk. Sin duda una dosis
elevada de sertralina melódica y fluoxetina sonora que no dejará a nadie en el
asiento...
Madrid, verano de 2007. Acaloradas idas y venidas, todas al
son rítmico y metálico del suburbano. Un callejón como escenario de encuentro,
como inmutable testigo del noble arte del trapicheo en una de tantas noches en
las que la música toma la calle. Durante una improvisada parranda, en la que
cada uno se arranca con lo que tiene más a mano, se conocen Tanis y Mario. Así,
entre rumbas de Bambino y coplas de la Piqué, nace la idea de montar algo en
común, algo propio, algo diferente.
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